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DESARROLLO FÍSICO Y PSICOMOTOR EN LA ETAPA INFANTIL
Carmen Maganto Mateo
Soledad Cruz Sáez
Facultad de Psicología
Avda. Tolosa, 70
200018 San Sebastán
Carmen Maganto y Soledad Cruz
Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
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ÍNDICE............................................................................................................................................ 2
1. INTRODUCCIÓN.......................................................................................................................... 3
2. DEFINICIÓN DE DESARROLLO FÍSICO........................................................................................ 3
2.1. Concepto de desarrollo........................................................................................................... 3
2.2. Desarrollo físico..................................................................................................................... 5
3. DESARROLLO PSICOMOTOR ..................................................................................................... 7
3.1. Motricidad gruesa y fina.......................................................................................................... 7
3.2. Aspectos del desarrollo psicomotor ......................................................................................... 8
Esquema corporal .................................................................................................................... 9
Lateralidad............................................................................................................................. 10
Estructuración espacio-temporal.............................................................................................. 10
Coordinación dinámica y visomanual ....................................................................................... 11
Tono muscular ....................................................................................................................... 11
Independencia motriz ............................................................................................................. 12
Control respiratorio................................................................................................................. 12
Equilibrio ............................................................................................................................... 12
4. TÉCNICAS DE EVALUACIÓN PSICOMOTORAS ......................................................................... 12
4.1. La evaluación psicomotora en la primera infancia ................................................................... 12
4.2. La evaluación psicomotora en la segunda infancia.................................................................. 14
5. EDUCACIÓN PSICOMOTRIZ: ACTIVIDADES Y PROGRAMAS. .................................................... 16
5.1. Características generales de las estrategias de prevención o programas psicomotores.............. 16
5.2. Funciones y actividades a desarrollar .................................................................................... 17
6. CONCLUSIONES....................................................................................................................... 22
7. CASO PRÁCTICO: CASO ALEJANDRO ...................................................................................... 23
8. BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................................................... 27
9. LECTURA COMPLEMENTARIAS................................................................................................ 29
10. PALABRAS CLAVE: ................................................................................................................. 30
11. PRUEBA OBJETIVA: ................................................................................................................ 30
12. 5. EJERCICIOS....................................................................................................................... 34
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
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DESARROLLO FÍSICO Y PSICOMOTOR EN LA ETAPA INFANTIL
Carmen Maganto Mateo y Soledad Cruz Sáez
1. INTRODUCCIÓN
El desarrollo del ser humano se refiere a las sucesivas
transformaciones que sufre un óvulo fecundado hasta convertirse en adulto.
Entre los aspectos de este proceso de cambios, el desarrollo físico y
psicomotor requieren una atención especial en los primeros años de la vida
del niño por las sucesivas y rápidas transformaciones que acontecen en su
vida, y por las repercusiones que las mismas tienen en el desarrollo global
del ser humano. Enfocaremos el tema, por consiguiente, desde un punto de
vista evolutivo. Se expondrá inicialmente el desarrollo físico y
posteriormente el desarrollo psicomotor, las principales etapas o hitos que
marcan la evolución de dicho desarrollo en ambos aspectos, las técnicas de
evaluación más comúnmente utilizadas, y se plantearán las actividades
más adecuadas o los programas más idóneos y actuales para el trabajo
educativo del desarrollo psicomotor, bien en el ámbito educativo o familiar,
como medio de potenciar dicho desarrollo. La importancia del trabajo
multidisciplinar en este tema es evidente. El pediatra en los primeros años
de la vida se convierte en el principal evaluador de dicho desarrollo, así
como en el agente que con mayor frecuencia orienta a los padres sobre
cómo actuar, a quién acudir y qué otros profesionales debieran intervenir.
No obstante, la escolarización temprana ha convertido a los agentes
educativos en el segundo profesional que interviene de forma precoz y
directa en dicho desarrollo, ampliándose la red asistencial a otros
profesionales en caso de alteraciones o trastornos importantes en el ámbito
psicomotriz.
2.1. CONCEPTO DE DESARROLLO
Iniciaremos la exposición planteando el concepto de desarrollo y las
leyes que lo explican así como la importancia e implicación del cerebro en
dicho desarrollo. El desarrollo proviene de factores genéticos, considerados
con frecuencia los responsables últimos del potencial biológico, así como
de factores del medio ambiente, es decir, factores sociales, emocionales y
culturales que interactúan entre sí de forma dinámica y modifican de forma
significativa el potencial del crecimiento y desarrollo (Thelen, 1989).
La argumentación a favor de la herencia se basa en la previsibilidad
de la conducta, lo que indica que los factores biológicos están fuertemente
implicados en el desarrollo. Se basa, así mismo, en las secuencias
madurativas que siguen dicho desarrollo y que se rigen por dos leyes
fundamentales de la maduración: la ley de progresión céfalocaudal y la ley
próximodistal. Así, el control motor de la cabeza se consigue antes que el
de los brazos y el del tronco, y éste se logra antes que el de las piernas
(secuencia céfalocaudal). De igual forma se domina la cabeza, el tronco y
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los brazos antes que la coordinación de las manos y los dedos (secuencia
próximodistal) (Illingworth, 1985; Nelson, Vaughan y McKay, 1983)
Sin embargo, la constatación de las diferencias individuales en la
adquisición de las secuencias motóricas, así como el modo diferente que
tienen los niños de conseguir dichas secuencias, aboga por la implicación
de los factores ambientales. Está demostrado que la clase social, la
nutrición, las enfermedades infantiles así como el estilo educativo familiar,
son, entre otros, factores de importante repercusión en el desarrollo físico,
psicomotor y adaptativo-social. Por otra parte, los estudios sobre conducta
social, es decir, la atención visual selectiva a la faz humana, la atención
preferencial a los sonidos agudos y femeninos, las respuestas
sensomotoras y cinestésicas al contacto maternal cálido y rítmico, forman
parte de las comprobaciones sobre las que se asienta la confirmación de
que la capacidad de crear lazos sociales y vínculos emocionales va a ser la
variable modeladora de desarrollo general del ser humano, incluido
obviamente el desarrollo físico y psicomotor. Está demostrada la plasticidad
del cerebro del bebé, es decir, la hipersensibilidad a los efectos de la
experiencia, hasta el punto de que si una neurona no es estimulada de
forma apropiada, ésta desaparece. Esto parece confirmar, como hemos
indicado más arriba, que el desarrollo del cerebro es más el resultado de un
programa biológico y de la experiencia inicial, que el resultado de un
determinismo biológico (Berk, 1999; Illingworth, 1985; Shaffer, 2000).
Hay un consenso general entre los pediatras y psicólogos infantiles
en considerar que el desarrollo sigue leyes de funcionamiento que explican
las etapas de adquisición de las conductas (Berk, 1999; Nelson y cols.,
1983; Rice, 1997; Shaffer, 2000). El desarrollo es un proceso continuo y
progresivo desde el nacimiento a la adolescencia. Esto significa que unas
etapas preceden a otras en secuencias ordenadas, y que las nuevas
conductas integran las adquisiciones previas. Estos aspectos suponen que
la capacidad de exploración del bebé le lleva a ensayar y poner en
funcionamiento muchas respuestas diferentes en forma relativamente
casual y descoordinada, pero que posteriormente el bebé selecciona las
más eficaces para conseguir lo que se propone y aprende exactamente qué
funciona y qué no funciona, integrando respuestas en un conjunto eficaz.
Es por tanto un proceso secuencial, un proceso en el que unas etapas
tienen que ser antecesoras para convertirse en la base de otras nuevas.
Cuando las nuevas adquisiciones se practican repetidamente proporcionan
respuestas voluntarias, dirigidas hacia un fin, cada vez más precisas y
refinadas. Por ello es posible predecir las secuencias del desarrollo, ya que
en un primer momento las conductas motoras y psicomotoras son variables
en su aparición, pero se convierten en predecibles en la medida que se
establecen como patrones de adquisición de otras nuevas. Este proceso de
desarrollo comprende actividades continuas de exploración y selección a
través de ensayo y error inicialmente, y, posteriormente, de planificación
progresiva e intencional. Otra ley que funciona en el desarrollo es la
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irreversibilidad. Esta irreversibilidad se asienta en la maduración bioquímica
y en los cambios estructurales del encéfalo que, de no mediar una
patología, no pueden revertir. Sin embargo la conjunción de otros factores,
como la nutrición, las posibilidades de movimiento del cuerpo, el apoyo
ambiental hacia la destreza y la tarea que el niño tiene en mente, producen
variaciones importantes en el niño. Por todo ello, como anteriormente
hemos indicado, el desarrollo no está genéticamente preestablecido, ya que
solo lo determina la herencia a un nivel muy general, en otros aspectos las
condiciones ambientales promueven o retrasan dichas adquisiciones. La
adaptabilidad que el desarrollo conlleva hace que las conductas permitan
un mejor funcionamiento en diferentes áreas, y esta adaptabilidad va pareja
a la diferenciación de las adquisiciones. Esto significa que en un
determinado momento se pierde una habilidad específica para adquirir otra
nueva, de lo contrario no sería posible el crecimiento adaptativo (gatear y
andar). Todas estas leyes regulan el desarrollo del ser humano en
proporciones variables dependiendo de la edad del sujeto y del tipo de
conductas a las que nos estemos refiriendo.
Es importante hacer mención de la implicación del CEREBRO en
dicho desarrollo. Siguiendo a Shaffer (2000) podemos decir que el cerebro
tiene tres partes principales: el tronco cerebral, responsable del equilibrio y
la coordinación; el cerebro medio, que controla la respiración y la deglución;
y el cerebro propiamente dicho que incluye los dos hemisferios y el haz de
nervios que los conecta. Los dos hemisferios están recubiertos por la
corteza cerebral. La corteza cerebral, denominada también córtex, es la
parte del cerebro más evolucionada y controla las acciones voluntarias, es
decir, las funciones de más alto nivel. No toda la corteza cerebral madura
uniformemente, sino que diferentes regiones de la corteza maduran a
ritmos diferentes. La primera área en madurar es el área motora, seguida
por el área sensorial y finalizando con las áreas asociativas. En este
progresivo desarrollo se sabe que a los 6 meses, las áreas motoras
primarias de la corteza cerebral se han desarrollado lo suficiente como para
dirigir la mayor parte de los movimientos del bebé.
El proceso por el que las neuronas se recubren de mielina, la
mielinización, ayuda a transmitir de manera rápida y eficiente los impulsos
nerviosos, lo que a su vez aumenta la capacidad del niño para realizar
actividades motoras más complejas como levantar la cabeza y el pecho,
alcanzar con los brazos y las manos, rodar, sentarse, pararse y, al final,
caminar y correr.
2.2. DESARROLLO FÍSICO
El concepto de desarrollo físico se refiere a los cambios corporales
que experimenta el ser humano, especialmente en peso y altura, y en los
que están implicados el desarrollo cerebral, como ya se ha indicado, el
desarrollo óseo y muscular.
El crecimiento es continuo a lo largo de la infancia y adolescencia,
pero no se realiza uniformemente. El ritmo de crecimiento es rápido en el
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primer año de vida, a partir del segundo año muestra un patrón más lineal y
estable, enlenteciéndose gradualmente hasta la pubertad. En la
adolescencia se acelera de nuevo y se detiene al finalizar ésta. Las
diferentes partes del cuerpo, así como los órganos del mismo, varían
también en el ritmo de maduración. La asincronía del desarrollo de los
diferentes sistemas corporales está incorporada a la herencia de nuestra
especie. Por ejemplo, el crecimiento de la cabeza y del cerebro es más
rápido que el resto del cuerpo y pronto alcanza proporciones de adulto,
mientras que los órganos sexuales reproductores crecen de forma lenta y
se aceleran en la adolescencia
Algunos datos del desarrollo físico son hitos claves para la valoración
del desarrollo madurativo del niño. Es importante por ejemplo saber
(Illingworth, 1985; Nelson y cols., 1983; Le Boulch, 1999; Rice, 1997) que el
recién nacido tiene proporciones corporales que difieren notablemente de
los lactantes, niños y adultos. Se sabe que el tamaño de la cabeza es
aproximadamente la mitad del cuerpo, el abdomen es prominente y de
tamaño superior a un cuarto del cuerpo y las piernas no alcanzan el cuarto
restante. El perímetro cefálico tiene un promedio de 35 cm, aumenta unos
10 cm del nacimiento a los 6 meses, y unos 3 cm hasta los 12 meses. Al
año el perímetro cefálico y torácico se igualan. El crecimiento del bebé
durante el primer año es asombroso. La talla es por término medio de 50
cm, y al año se incrementa en un 50% como promedio, a los 5 años la
estatura se duplica. Después de este rápido incremento aunque se sigue
creciendo, se da una disminución gradual en el ritmo del mismo hasta la
edad de 10 años en las chicas y los 12 en los chicos. Aunque las
proporciones del cuerpo de chicas y chicos son parecidas en la infancia y
en la niñez, las diferencias importantes típicas de adultos jóvenes aparecen
durante la adolescencia.
El incremento de peso es incluso más llamativo. Los niños pesan al
nacer alrededor de 3´4 kg., normalmente para los 5 meses han doblado su
peso, lo triplican al año, y casi lo cuadruplican a los 2 años. Los
incrementos anuales son muy constantes entre los 2 y 6 años, entre 2,7 y
3,2 kg. cada año. De los 6 a 11 años, incrementan aproximadamente 2,5
kg. al año.
La composición ósea experimenta un endurecimiento progresivo en
función de la edad, aunque no todas las partes del esqueleto crecen y
maduran al mismo ritmo. Las partes que antes maduran son el cráneo y las
manos, mientras que las piernas no finalizan su crecimiento hasta el final
de la adolescencia. La edad ósea es un criterio diferencial para discriminar
entre los niños de talla baja y los niños con un ritmo de crecimiento lento.
El desarrollo físico está condicionado por el desarrollo muscular,
siguiendo las leyes céfalocaudal y próximodistal previamente citadas, de tal
forma que los músculos de cabeza y cuello maduran antes que los del
tronco y las extremidades. La maduración del tejido muscular es muy
gradual durante la niñez y se acelera al inicio de la adolescencia,
cambiando asimismo la proporción de músculo/grasa. El momento
álgido de acumulación de grasa se suele observar a los 9 meses,
posteriormente hasta los 8 años los niños pierden tejido graso y se van
haciendo más delgados, y a partir de esta edad se van a presentar
diferencias en la acumulación de grasa en función del sexo. Así en las
niñas durante la pubertad y adolescencia se concentra, preferentemente,
en brazos, piernas y tronco, mientras que los chicos desarrollan mayor
capacidad muscular y ósea.
La importancia del crecimiento físico es tal que en pediatría se
registran de forma sistemática los cambios en peso y altura como valores
criterio del desarrollo. Para evaluar estos cambios se utilizan curvas
estandarizadas mediante las cuales se compara las medidas del sujeto con
relación a las medias del grupo de edad. Además, éstas se pueden
complementar con la curva de velocidad que indica la cantidad media de
crecimiento por año, curva que permite conocer el momento exacto de la
aceleración del crecimiento.
3. DESARROLLO PSICOMOTOR
3.1. MOTRICIDAD GRUESA Y FINA
Como se ha indicado anteriormente, el desarrollo motor de los niños
depende principalmente de la maduración global física, del desarrollo
esquelético y neuromuscular. Los logros motores que los niños van
realizando son muy importantes en el desarrollo debido a que las sucesivas
habilidades motoras que se van a ir adquiriendo hacen posible un mayor
dominio del cuerpo y el entorno. Estos logros de los niños tienen una
influencia importante en las relaciones sociales, ya que las expresiones de
afecto y juego se incrementan cuando los niños se mueven
independientemente y buscan a los padres para intercambiar saludos,
abrazos y entretenimiento.
En el desarrollo motor pueden establecerse dos grandes categorías:
1) motricidad gruesa (locomoción y desarrollo postural), y 2) motricidad fina
(prensión). El desarrollo motor grueso se refiere al control sobre acciones
musculares más globales, como gatear, levantarse y andar. Las habilidades
motoras finas implican a los músculos más pequeños del cuerpo utilizados
para alcanzar, asir, manipular, hacer movimientos de tenazas, aplaudir,
virar, abrir, torcer, garabatear. Por lo que las habilidades motoras finas
incluyen un mayor grado de coordinación de músculos pequeños y entre
ojo y mano. Al ir desarrollando el control de los músculos pequeños, los
niños ganan en competencia e independencia porque pueden hacer
muchas cosas por sí mismos.
Los logros motores de los niños han sido suficiente y repetidamente
estudiados por pediatras, neurólogos, psicólogos, etc., hasta el punto de
existir tablas de adquisición de conductas evolutivas, indicando los hitos del
desarrollo motor y psicomotor. La revisión de la literatura existente (Bayley,
1977; Cratty, 1982; Gassier, 1990; Gesell y Amatruda, 1981; Illingworth,
1985; Maganto, 1996; Nelson, Vaughan, McKay, 1983; Newborg, Stock,
Wnek, Guidubaldi y Svinicki, 1989; Rice, 1997; Secadas, 1988; Shaffer,
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2000) ha servido para ofrecer una síntesis (Cuadro 1) de la secuencia de
conductas sobre motricidad gruesa y fina a lo largo del desarrollo.
---------------------------------
Insertar aquí cuadro 1
---------------------------------
Hasta los 3 años los aspectos más relevantes en relación al
desarrollo psicomotor están relacionados con los desplazamientos
corporales y la impulsividad de los movimientos por una insuficiente
regulación del freno inhibitorio.
A partir de esta edad hay una progresiva equilibración de los
movimientos, se eliminan gradualmente las asociaciones o sincinesias y se
va marcando progresivamente la independencia segmentaria. Todo ello da
lugar a una mayor precisión del dinamismo manual, a la aparición de gestos
más diferenciados y al perfeccionamiento de la coordinación óculo-manual.
Entre 6 y 7 años ya los niños presentan una precisión general de los
movimientos cuando éstos son efectuados a un ritmo normal. Los controles
adquiridos y afirmados por el ejercicio sientan las bases para los
aprendizajes escolares en los que la simultaneidad de movimientos exigirá
un gran esfuerzo de tipo psicomotor. A esto se une la importancia de la
atención, la acomodación de la postura y el manejo coordinado de los útiles
a usar.
A partir de los 7 años y hasta los 10, el gesto va a ser regulado por el
freno inhibitorio. Esto da lugar a un perfeccionamiento gradual de la
precisión adquirida previamente y a la mecanización de los movimientos
habituales junto con la aceleración de los mismos. A medida que avanza la
edad del niño y se acrecienta su desarrollo físico aumenta la rapidez sin
detrimento de la precisión del gesto, los movimientos se vuelven rápidos y
precisos como consecuencia de la repetición continuada. Desde los 12
años en adelante, la precisión, rapidez y fuerza muscular se integran,
dando al movimiento características adultas.
3.2. ASPECTOS DEL DESARROLLO PSICOMOTOR
El término psicomotricidad tiene dos acepciones básicas. Para
algunos, como García y Martínez (1991), la psicomotricidad supone la
interrelación entre las funciones neuromotrices y las funciones psíquicas en
el ser humano. Para otros, hace referencia al conjunto de técnicas
encaminadas a un desarrollo global que, partiendo de la educación del
movimiento y gesto, posibilite alcanzar la función simbólica y la interacción
correcta con el medio ambiente. En la actualidad la psicomotricidad
contempla ambas acepciones. Basándonos fundamentalmente en los
trabajos de Cobos (1999) y Picq y Vayer (1977) exponemos aquí aquellos
aspectos del desarrollo psicomotor que son la base de los aprendizajes
escolares. Estos aspectos son los que han generado más investigación,
mayor número de programas y estrategias de intervención.
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ESQUEMA CORPORAL
Según Ballesteros (1982), este concepto se puede definir como la
representación que tenemos de nuestro cuerpo, de los diferentes
segmentos, de sus posibilidades de movimiento y de acción, así como de
sus diversas limitaciones. Es un proceso complejo ligado a procesos
perceptivos, cognitivos y práxicos, que comienza a partir del nacimiento y
finaliza en la pubertad, interviniendo en el mismo la maduración neurológica
y sensitiva, la interacción social y el desarrollo del lenguaje.
Las experiencias producidas por el movimiento, los resultados de
dicho movimiento y la percepción del cuerpo de otros sientan las bases
sobre las que se va a elaborar la percepción del cuerpo propio. Durante el
segundo año de vida el niño manifiesta una progresiva diferenciación de
algunas partes del cuerpo y en el tercero, los niños son capaces de
identificar ojos, boca, orejas, nariz, manos, brazos, pies y piernas.
El lenguaje va a jugar un papel esencial en la construcción del
esquema corporal, ya que además de permitir nombrar las partes que
componen el cuerpo, como regulador de las secuencias de actos motores
en la interacción con el ambiente a través del juego. La representación
corporal hace posible la utilización del cuerpo de forma coordinada
mediante el ajuste de la acción a lo que se quiere o desea.
Entre los 2 y 5 años los niños van mejorando la imagen de su cuerpo
y los elementos que lo integran, van perfeccionando movimientos,
estabilizando su lateralización y conquistando el espacio, relacionándose y
actuando en él. Aunque entre 5 y 6 años el esquema corporal es bastante
bueno en cuanto a la calidad de los movimientos y a la representación que
se tiene del mismo, todavía se deben dominar conceptos
espaciotemporales que permitan situarse adecuadamente en el espacio, en
el tiempo y con relación a los objetos. De 6 a 12 años se sigue
perfeccionando el esquema corporal, el movimiento se hace más reflexivo,
permitiendo una potenciación de la representación mental del cuerpo y del
movimiento en función del tiempo y el espacio.
Los trastornos del esquema corporal, si no se deben a una causa de
tipo neurológico, se relacionan con déficits en su conocimiento o en su
representación simbólica, por una inadecuada lateralización, concepción
espacial o por no poder situar el cuerpo como un objeto en el campo de la
relación.
Se considera que un niño presenta un retraso en la elaboración del
esquema corporal si a los 3 años no es capaz de reconocer, señalando o
nombrando, los elementos de la cara, o si a los 6 no lo reconociera en sí
mismo o no pudiera representarlo, además es esperable que a esta edad
los niños distingan su derecha e izquierda y conozcan algunos conceptos
espacio-temporales sencillos como arriba/abajo, delante/detrás,
primero/último, ayer/mañana, etc.
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LATERALIDAD
El cuerpo humano aunque a nivel anatómico es simétrico, a nivel
funcional es asimétrico. El término lateralidad se refiere a la preferencia de
utilización de una de las partes simétricas del cuerpo humano, mano, ojo,
oído y pie. El proceso por el cual se desarrolla recibe el nombre de
lateralización y depende de la dominancia hemisférica. Así, si la dominancia
hemisférica es izquierda se presenta una dominancia lateral derecha, y
viceversa. El que una persona sea diestra o zurda depende del proceso de
lateralización. Se considera que un niño está homogéneamente lateralizado
si usa de forma consistente los elementos de un determinado lado, sea éste
el derecho (diestro) o el izquierdo (zurdo). Cuando la ejecución de un sujeto
con una mano sea tan buena como con la otra se le denomina ambidextro.
Mora y Palacios (1990) establecen que la lateralización se produce entre
los 3 y los 6 años.
Si un niño de 5 años no tiene todavía definida su dominancia lateral,
especialmente, la referente a la mano, es necesario reconducir la misma
hacia el lado o mano con la que el sujeto se muestre más hábil y/o preciso.
ESTRUCTURACIÓN ESPACIO-TEMPORAL
La orientación espacial implica establecer relaciones entre el cuerpo
y los demás objetos, está asociada al espacio perceptivo e incluye
esencialmente relaciones topológicas. La estructuración del espacio
conlleva adquirir nociones de conservación, distancia, reversibilidad, etc.,
por lo que se convierte en un proceso largo que se va configurando desde
los planos más sencillos (arriba, abajo, delante, atrás...) a los más
complejos (derecha-izquierda), dándose primero en la acción y pasando
posteriormente a ser representados en uno mismo, en el otro y en el
espacio con los objetos.
No hay que confundir la dominancia lateral con discriminar las
nociones espaciales derecha-izquierda en sí mismo o en los otros. El
concepto derecha-izquierda se va configurando entre los 5 y los 8 años.
Generalmente los niños de 6 años tienen adquiridos los conceptos básicos
espaciales y la noción derecha-izquierda sobre sí mismo. La discriminación
de la derecha e izquierda de otro situado enfrente se consigue a partir de
los 8 años y la posición relativa de tres objetos a los 11-12 años.
El conocimiento de estos conceptos es fundamental cara a los
aprendizajes escolares, ya que el desconocimiento de los mismos se
relaciona con alteraciones de la lectura (dislexia), de la escritura (disgrafía)
y dispraxias.
La estructuración temporal tiene 2 componentes principales: el orden
y la duración. El orden permite tomar conciencia de la secuencia de los
acontecimientos y la duración permite establecer el principio y final de los
mismos. El ritmo sintetiza ambos elementos constituyendo la base de la
experiencia temporal.
La evolución de la comprensión del orden y la duración tiene lugar de
los 2 a los 12 años. Los niños de 2 a 6 años tienen dificultades para
establecer seriaciones cronológicas y lógicas de los acontecimientos, pero
cuando tienen de 7 a 12 años pueden realizar tareas lógicas que impliquen
la conservación, la reversibilidad y los ordenamientos, lo que va a ayudar a
que las nociones temporales se adquieran completamente.
La íntima relación entre ritmo y motricidad se pone de manifiesto en
el movimiento . Igualmente relacionados están el ritmo y la lectura al
principio de su aprendizaje, ya que ésta requiere que se transformen
estructuras visuales, distribuidas en el espacio, en estructuras auditivas,
distribuidas en el tiempo. Al escribir al dictado se da el proceso inverso, y
ambas estructuras espacio-temporales se integran en el proceso lectoescritor.
Los sujetos dispráxicos presentan grandes dificultades para
reproducir estructuras rítmicas
COORDINACIÓN DINÁMICA Y VISOMANUAL
La coordinación consiste en la utilización de forma conjunta de
distintos grupos musculares para la ejecución de una tarea compleja. Esto
es posible porque patrones motores que anteriormente eran independientes
se encadenan formando otros patrones que posteriormente serán
automatizados. Una vez que se han automatizado determinados patrones
la presentación de un determinado estímulo la secuencia de movimientos,
por lo que el nivel de atención que se presta a la tarea disminuye, pudiendo
dirigirse a otros aspectos más complejos de la misma o incluso a otra
diferente.
La coordinación dinámica general juega un importante papel en la
mejora de los mandos nerviosos y en la precisión de las sensaciones y
percepciones. La ejercitación neuromuscular da lugar a un control de sí
mismo que se refleja en la calidad, la precisión y el dominio en la ejecución
de las tareas.
Para que el gesto sea correcto es necesario que se den las
siguientes características motrices: precisión ligada al equilibrio general y a
la independencia muscular, posibilidad de repetir el mismo gesto sin
pérdida de precisión, independencia derecha-izquierda, adaptación al
esfuerzo muscular, adaptación sensoriomotriz y adaptación ideomotriz
(representación mental de los gestos a hacer para conseguir el acto
deseado). Estas cualidades evolucionan en función de la madurez
neuromotriz y del entrenamiento.
TONO MUSCULAR
Este concepto hace referencia al grado de contracción de los
músculos pudiendo ir desde la hipertonía (tensión) a la hipotonía
(relajación). Está sometido, en parte, a un control involuntario dependiente
del sistema nervioso y, en parte, a un control voluntario. Se va regulando
como consecuencia de distintas experiencias que se van teniendo en tanto
que las mismas exijan un control del cuerpo para adecuar las acciones a
los objetivos. Este aspecto repercute en el control postural y en el grado de
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extensibilidad de las extremidades. Es un factor relacionado con el
mantenimiento y control de la atención, las emociones y la personalidad.
INDEPENDENCIA MOTRIZ
Consiste en la capacidad para controlar por separado cada
segmento motor necesario para la ejecución de una determinada tarea,
aspecto que se espera pueda realizarse correctamente en niños de 7/8
años.
CONTROL RESPIRATORIO
La respiración está vinculada a la percepción del propio cuerpo y a la
atención interiorizada que controla el tono muscular y la relajación
segmentaria. Hay una estrecha vinculación entre respiración y
comportamiento. Existe evidencia de la relación entre el centro respiratorio
y partes corticales y subcorticales del cerebro. La respiración depende del
control voluntario e involuntario y está relacionada con la atención y la
emoción. La toma de conciencia de cómo respiramos y la adecuación en
cómo lo hacemos, tanto en lo referido a ritmo como a profundidad, son los
aspectos fundamentales en el control respiratorio.
EQUILIBRIO
Reúne un conjunto de aptitudes estáticas y dinámicas incluyendo el
control de la postura y el desarrollo de la locomoción. Es un paso esencial
en el desarrollo neuropsicológico del niño ya que es clave para realizar
cualquier acción coordinada e intencional. Cuanto menos equilibrio se tiene
más energía se consume en la ejecución y coordinación de determinada
acción, por lo que se acaba distrayendo la atención e incrementándose la
ansiedad.
4. TÉCNICAS DE EVALUACIÓN PSICOMOTORAS
Los rápidos cambios motores y psicomotores de la primera infancia
han propiciado diseñar escalas de evaluación denominadas baby-tests,
apropiadas para las primeras edades de desarrollo, pero también se han
generado escalas o baterías psicomotoras que contemplan la evaluación de
aspectos específicos o funcionales de la psicomotricidad relacionados con
aprendizajes escolares (Defontaine, 1982; Le Boulch, 1999). Vamos a
presentar las técnicas de evaluación atendiendo a un criterio evolutivo,
aportando los datos del identidad del instrumento, especificando los
aspectos que evalúan y la finalidad del mismo. Aportaremos algunas
valoraciones a fin de saber con qué criterio utilizar cada una de ellas
4.1. LA EVALUACIÓN PSICOMOTORA EN LA PRIMERA INFANCIA
La edad marca una diferencia notable en la evaluación de un sujeto.
Cuando evaluamos a un niño pequeño, tanto el examinador como la propia
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situación de examen deben reunir una serie de condiciones (Maganto,
1998):
Con relación al examinador se requiere:
Experiencia con niños pequeños, es decir, que capte con prontitud el
cansancio del niño, sepa dar un tiempo para conocerse y tantearse
mutuamente, antes de iniciar la evaluación propiamente dicha, y domine
algunas estrategias adecuadas para atraer la atención y motivación del niño
durante el examen.
Conocimiento acerca del desarrollo y la evaluación infantil puesto
que en los más pequeños algunas conductas se pueden apreciar fuera de
la situación de examen, en un momento circunstancial de la relación, y se
dan por válidas sin que sea necesario volver sobre ellas en el examen a fin
de evitar el cansancio del niño.
En tanto que en la evaluación con frecuencia está presente la madre
u otro cuidador hay que tener capacidad de relación simultánea con ambos,
madres y niño, así como saber reducir la ansiedad antes los tests (actitud
tranquilizadora).
En cuanto a la situación de examen se aconseja:
Permitir que la madre muestre el elemento en algunos casos y
edades, interrumpir si el niño necesita asearse o alimentarse y observar
atentamente la conducta a fin de realizar un registro del comportamiento del
niño,. Esta observación es de gran utilidad para la evaluación debido a que
las conductas cualitativas, en ocasiones, aportan mayor información que las
cuantitativas.
Las razones para la evaluación de un niño pequeño son variadas
(Maganto, 1996), pero lo esperable es que los niños en el primer y segundo
año de vida sean sometidos a escrutinios tempranos de evaluación por
parte de los pediatras como práctica rutinaria en su actividad asistencial
habitual. En otras ocasiones, los pediatras realizan una evaluación del
desarrollo como control médico tras tratamientos administrados durante el
periodo prenatal, perinatal o neonatal (control de factores de riesgo).
En los centros de Educación infantil se realizan observaciones
sistemáticas del desarrollo a fin de identificar tempranamente algún retraso
y/o proporcionar pautas educativas a los educadores y padres (diagnóstico
preventivo) (Gassier, 1990).
Sin embargo muchos padres solicitan dicha evaluación ante la duda
o sospecha de retrasos en algún área del desarrollo: motórica, lingüística,
relacional, social o cognitiva. Esta evaluación suele realizarla un
especialista bien sea médico, psicólogo o psicomotricista (función de
identificación de problemas).
Siempre es conveniente un seguimiento sistemático del desarrollo
tras una patología o retraso confirmado.
En el cuadro 2 se presentan las técnicas más conocidas en nuestro
ámbito y de las que existen trabajos de estandarización que soportan los
resultados obtenidos.
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
14
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Insertar aquí cuadro 2
-------------------------------
4.2. LA EVALUACIÓN PSICOMOTORA EN LA SEGUNDA INFANCIA
Desde los 4 ó 5 a los 12 años los niños adquieren las principales
funciones psicomotrices que han sido estudiadas y evaluadas por diversos
autores. La situación de examen psicológico se transforma
progresivamente debido a la maduración del niño, lo que hace que se
asemeje a la del niño púber o adolescente.
La mayoría de las estrategias de evaluación se desarrollaron en los
años 50 y 60, y las diseñadas posteriormente se han basado en las
pruebas precedentes (Ajuriaguerra y Thomas, 1948, 1949; Berges y Lezine,
1963; Fraisse, 1957; Galifret-Granjón, 1959; Guilmain, 1948; Harris, 1978;
Stamback, 1951; Stambak y Santucci, 1953;Ozerezky, 1936; Strauss y
Werner, 1938; Zazzó, 1960), adaptándolas en su presentación y aplicación,
y proporcionando perfiles psicomotores más completos. Por ello todas
tienen en común una serie de características que las hace en parte
similares, así como aspectos específicos que las singularizan.
Los aspectos comunes a todas ellas son los siguientes:
Evaluación del Esquema Corporal. Generalmente se valora la
capacidad para reconocer o nombrar diferentes partes del cuerpo y para
representarlo. Entre las pruebas que se utilizan para valorarlo se
encuentran el dibujo de la figura humana y la imitación de gestos realizados
con los brazos o manos.
Orientación y estructuración espacial. Para evaluar este aspecto se
pide al niño que reconozca sobre sí mismo la derecha y la izquierda. En
una segunda fase se pide que identifique la derecha y la izquierda pero en
el examinador y, finalmente, con relación a objetos. También se suele
valorar mediante la ejecución de movimientos tras órdenes verbales (ej.
pon tu mano derecha en la oreja izquierda) o mediante la imitación de
movimientos realizados por el examinador o representados en figuras
esquemáticas. La superación de estas pruebas requiere un esquema
corporal bien establecido y capacidad para realizar la transposición del otro
a sí mismo
Lateralidad. Se explora generalmente mediante cuestionarios de
preferencia y pruebas de eficiencia manual. En los cuestionarios de
preferencias se presentan al sujeto una serie de actividades y se le pide
que diga con qué mano las realiza. Las pruebas de eficiencia manual
incluyen actividades de punteo, fuerza, manipulación y estabilidad que
deben ser realizadas primero con una mano y luego con la otra, para
determinar en función de la tendencia espontánea, exactitud y precisión la
preferencia lateral de mano, ojo, oído y pie
Tono muscular. Es importante valorarlo dada su relación con el
control postural, emocional y atencional. Dentro de este apartado se
evalúan aspectos que tienen que ver con la extensibilidad de los miembros
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
15
superiores e inferiores para lo cual se tiene en cuenta el cierre de los
ángulos de las articulaciones; la pasividad mediante movimientos de
balanceo, caída y flexión; y la relajación de los miembros superiores e
inferiores.
Independencia motriz. En su evaluación se utilizan pruebas de
separación digital o de ejecución de movimientos con los ojos, labios y
manos en tareas como pinzar, cortar, teclear etc., en las que se observa si
el sujeto al realizar los movimientos que se le piden lo hace utilizando
solamente los músculos necesarios y contrayendo los demás.
Coordinación. Se evalúan la coordinación dinámica general y
coordinación manual a través de ejercicios de marcha, carrera, salto, de
progresiva dificultad en cuanto a precisión y rapidez. Así como ejercicios de
lanzamiento, puntería, ensartar, reseguir laberintos, etc.
Control respiratorio. Se recogen datos relativos al tipo y ritmo de
respiración que presenta el sujeto mientras realiza las diferentes pruebas.
Equilibrio. Se evalúa la capacidad del niño para estar inmóvil, es
decir, para inhibir voluntariamente todo movimiento durante cortos periodos
de tiempo. En el equilibrio estático se trata de comprobar si el niño es
capaz de mantener durante un tiempo una serie de contracciones
musculares coordinadas que producen un gesto adaptado, así se le pide
que se mantenga sobre un solo pie, que permanezca recto cuando anda
sobre una línea, barra, etc. y que esté inmóvil al apoyarse sobre las puntas
o talones de los pies. El equilibrio dinámico exige una orientación
controlada del cuerpo en situaciones de desplazamiento en el espacio, se
observa a través de pruebas de marcha, carrera y saltos donde se tienen
en cuenta precisión, economía, armonía, junto con el grado de control y
facilidad o dificultad para realizarlos, así como si se acompañan o no de
otros movimientos asociados.
Estructuración temporal y ritmo. La noción de tiempo es una noción
de control y de organización tanto a nivel de actividad como
cognitivamente. Suministra la localización de los acontecimientos en el
tiempo y la preservación de las relaciones entre acontecimientos.
Simultaneidad, secuenciación y sincronización son dimensiones temporales
muy importantes para las funciones gnósicas y práxicas. La unidad de
extensión de la dimensión temporal es el ritmo, esto es, la toma de
conciencia de la igualdad de los intervalos del tiempo. Para valorarlo se
utilizan secuencias rítmicas con y sin apoyo visual en las que se pide a los
niños que las repitan, o bien se pregunta sobre conceptos temporales
básicos como por ej. mañana-tarde-noche, ayer-hoy-mañana, días de la
semana, estaciones o meses del año, etc.
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Insertar cuadro 3
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En el cuadro 3 se han elegido las baterías de evaluación más
utilizadas en nuestro ámbito y de las que existe sobrada experiencia de la
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
16
bondad y eficacia de su utilización. Así mismo se muestra alguna de las
más recientes por la novedad que aportan.
Ninguna de estas baterías ofrece datos psicométricos de fiabilidad y
validez por 2 razones fundamentales: En primer lugar, porque la adquisición
de la función tiene un intervalo evolutivo determinado y es en ese momento
en el que dicha función está relacionada con la maduración y aprendizaje
escolar, por lo que las pruebas se centran o focalizan en identificar retraso
o trastorno psicomotor. En segundo lugar, porque una vez consolidada la
función el nivel de habilidad que se pueden conseguir no determina el
aprendizaje académico.
5. EDUCACIÓN PSICOMOTRIZ: ACTIVIDADES Y PROGRAMAS.
La educación psicomotriz se define como el conjunto de actividades
y ejercicios encaminados a promover un desarrollo adecuado y armónico
de la psicomotricidad del niño en cada periodo evolutivo.
Se han revisado las obras de diferentes autores que han trabajado
en educación psicomotriz proponiendo estrategias de prevención y/o
tratamiento para el desarrollo psicomotor. Todos ellos parten de la idea de
que la maduración psicomotriz es la base del aprendizaje, generando
programas psicomotrices encaminados a la prevención de las alteraciones,
a la identificación temprana de retrasos psicomotores, y a la recuperación
de los mismos (Bucher, 1978; Castro, 1995; Defontaine, 1982; Le Boulch,
1999; Gomendio y Maganto, 2000; García y Fernández, 1994; Garigordóbil,
1999; Garrido, 1993; Jiménez y Jiménez, 1995; Picq y Vayer, 1977)
Aunque los primeros programas surgen en los años 60/70 no hemos
encontrado diferencias sustanciales entre las propuestas de autores
clásicos y las de autores más recientes, ya que todos se basan en los
aspectos evolutivos del desarrollo psicomotriz y en las funciones básicas
que integran dicho desarrollo. Por lo tanto, nos ha parecido conveniente
abordar este apartado atendiendo en primer lugar a las características
generales de las estrategias de intervención que proponen, y en segundo
lugar mostrar las principales funciones a desarrollar junto con algunas de
las actividades que sería de interés utilizar.
5.1. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LAS ESTRATEGIAS DE
PREVENCIÓN O PROGRAMAS PSICOMOTORES
En general parten de una evaluación específica de la psicomotricidad
a fin de proponer actividades o programas en función de los resultados de
dicha evaluación.
Estos programas no son cerrados sino que consisten en una
propuesta de actividades graduadas en orden de dificultad a fin de adquirir
o madurar los aspectos psicomotores.
Habitualmente se recomienda su utilización grupal, aunque se
pueden utilizar también a nivel individual seleccionando determinadas
actividades específicas.
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
17
Se aconseja que las actividades tengan un carácter lúdico a fin de
fomentar el interés y la motivación, y que se asemejen al modo de
adquisición natural.
Se realizan en espacios amplios, bien en gimnasios o aulas de
psicomotricidad.
Los materiales propuestos para el trabajo son los naturales de las
actividades lúdicas de los niños (aros, globos, balones, cuerdas, etc.) o
materiales específicos en función del aspecto a desarrollar o alteración a
tratar (metrónomo, colchonetas, laberintos, bolitas..).
Estos programas proponen actividades diversas y variadas
agrupadas en torno a 2 aspectos: la función a desarrollar y el carácter
evolutivo de la misma.
El tiempo suele ser aproximadamente una hora a la semana,
incrementando la temporalidad en función del retraso o alteración motriz
que presente el niño.
No obstante, cada programa presenta aspectos específicos en
función de los objetivos y de la población a la que están destinados.
Los OBJETIVOS que se pretenden son:
· Estimular y fomentar el desarrollo psicomotor.
· Adquisición de autonomía personal y aprendizajes escolares.
· Prevención de retrasos y/o alteraciones.
· Identificar trastornos a fin de intervenir precozmente.
· Intervención en caso de trastorno o retraso.
5.2. FUNCIONES Y ACTIVIDADES A DESARROLLAR
Gran parte de las actividades y funciones propuestas pueden ser
utilizadas a lo largo del desarrollo variando el grado de dificultad del
ejercicio o exigiendo mayor precisión en el mismo. Es importante ejercitar a
los niños en actividades psicomotoras a fin de que las funciones que
desarrollan se automaticen, se logre el control voluntario de las mismas y
se transfieran a la vida cotidiana, de tal forma que sirvan de base para los
aprendizajes escolares. Dos interesantes y recientes programas de
actividades psicomotrices son los de Garaigordoil (1999), en el que se
proponen una gran variedad de juegos grupales, diseñados para ser
realizados en el aula, con el objetivo de trabajar las funciones psicomotoras
en niños de 6 a 8 años, y el de Gomendio y Maganto(2000) en el que se
proponen actividades alternativas en el aula para niños con necesidades
educativas especiales.
Hay que tener en cuenta que a medida que los ejercicios son más
complejos más se interrelacionan las funciones entre sí, por lo que el
ejercicio de una conlleva la maduración de otras, pero del mismo modo los
retrasos o alteraciones de una función repercuten negativamente en la
adquisición y el desarrollo de otras funciones psicomotoras. Las actividades
que se proponen en cada función no ejercitan o maduran esa única función,
por lo que los educadores o los padres pueden utilizarlas con pequeñas
variaciones a fin de conseguir un desarrollo armónico de otras funciones.
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
18
FUNCIÓN: DOMINIO DE LA MOTRICIDAD GRUESA Y COORDINACIÓN
DINÁMICA GENERAL
Contenido: Marcha, carrera y salto. La marcha y la carrera son
patrones locomotores alternativos mientras que el salto es un patrón
simultáneo.
Actividades: Andar sobre una línea, andar hacia delante y hacia
atrás, andar sobre las puntas de los pies, talones, correr a un ritmo
determinado, incremento de la velocidad en la marcha y en la carrera,
saltar, saltar sobre un pie o sobre el otro, acomodar los movimientos a un
ritmo determinados, saltar fuera y dentro de determinados objetos (aro,
línea, cama elástica, etc.), saltar distancias cada vez mayores, saltar
alturas, saltar con y sin impulso.
FUNCIÓN: CONOCIMIENTO Y DOMINIO DEL ESQUEMA CORPORAL.
Contenido: Conocimiento de todas las partes del cuerpo y de la
función que desempeñan en la coordinación general y en la vida cotidiana.
Experiencia de la unidad corporal, de los ejes de simetría vertical y
horizontal que son la base del equilibrio y de la orientación espacial.
Actividades: Observar frente al espejo su cuerpo y señalar las partes
del cuerpo nombrándolas correctamente, moverlas, tocarlas, dibujarlas,
señalarlas en otro niño, es decir todo lo que refuerce el automatismo del
reconocimiento. Experimentar en el agua por ser uno de los medios
privilegiados para ello (piscina o bañera en casa) el sentido de la unidad del
cuerpo, la piel que lo envuelve y que le da contención, experimentar la
lentitud y suavidad de movimientos en el agua, de los miembros superiores
e inferiores, etc. Hacer movimientos con partes específicas del cuerpo
como rotar la cabeza, flexionar la cintura, sacar pecho, hinchar el abdomen,
arquear la espada, subir y bajar los brazos, apretar y aflojar las manos, etc.
Reconocimiento de posiciones en el espacio y la posibilidad de
experimentar movimientos en las mismas. Ejercicios por parejas en los que
se sostenga una pelota entre el cuerpo de los dos niños, desplazándola por
el cuerpo sin que se caiga, bailar por parejas a un compás sin pisarse.
FUNCIÓN: DISOCIACIÓN DEL MOVIMIENTO.
Contenido: Disociar diferentes segmentos corporales, localización,
selección y combinación armónica. Dominio, control y automatismos
segmentarios
Actividades: Jugar a reproducir esculturas presentando a los niños
imágenes para imitar. Hacer dictados de movimientos corporales para que
otros niños ejecuten las acciones dictadas. Estando los niños tumbados o
de pie dar órdenes de mover, tensionar, inmovilizar, apretar, lanzar, doblar,
estirar, etc, una determinada parte del cuerpo (brazo, cabeza, dedos,
hombros…) describiendo posteriormente las sensaciones percibidas y el
dominio o dificultad de las mismas. Especialmente se trabajarán las
posturas adecuadas a la escritura: sentados, espalda derecha, brazos en
posición sobre la mesa, cuerpo ligeramente inclinado hacia un lado, dirigir
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
19
la vista a tal punto, hacia otro, concentración en un punto de la mesa, del
papel, etc. Se trabajará la segmentación de los dedos, coordinación entre
ellos, fuerza, precisión, habilidad, etc.
FUNCIÓN: EQUILIBRIO Y CONTROL POSTURAL.
Contenido: Coordinación de movimientos y adecuación postural.
Ausencia de tensión muscular. Equilibrio estático y dinámico.
Actividades: Mantenerse inmóvil con los pies juntos, mantenerse
sobre un pie con los brazos extendidos; seguir una línea con un pie tras
otro, andar sobre objetos (banco, larguero, sacos de arena), caminar con
un objeto sobre la cabeza sin que se le caiga, caminar con algo en las
manos sin que se caiga, etc…
FUNCIÓN: RESPIRACIÓN Y RELAJACIÓN.
Contenido: Toma de conciencia de la respiración y aprender a
respirar correctamente. Dominio y control voluntario de la respiración bucal
y nasal con expresión torácica y abdominal. Aprender a relajarse.
Actividades: Respiración bucal mediante el soplo hinchando globos,
apagando velas, mover papelitos o bolas de ping-pong, hacer burbujas con
pajitas, emitir sonidos, soplar sobre la mano, etc. Espiración nasal:
mantener la boca cerrada hasta que el aire salga por la nariz, ejercicios
anteriores pero emitiendo el aire por la nariz y regulando la cantidad de
aire, por un orificio nasal y luego el otro. Automatización de la respiración
nasal: inspirar y espirar en 2, 3 tiempos; inspiración, dejar caer hombros y
brazos y espirar. Cronometrar el tiempo de la espiración a fin de prolongarlo
conteniendo el aire y espirándolo lentamente. Probar cómo se empaña un
cristal, cómo se apaga una vela, y controlar cómo se mueve la llama, pero
no se apaga, si espiramos controlando la respiración y expulsando el aire
lentamente. Automatizar la inspiración y espiración al ritmo que se marque.
Solicitar a los niños que aflojen los músculos del cuerpo, brazos o piernas
(progresando a diferentes partes del cuerpo) al ritmo de la inspiraciónespiración.
Las sensaciones corporales de relajación pueden ser inducidas
con el tono de la voz, música suave y/o con imágenes placenteras.
FUNCIÓN: PERCEPCIÓN VISUAL, AUDITIVA Y TÁCTIL. PERCEPCIÓN
DE FORMAS Y TAMAÑOS.
Contenido: Conocimiento de colores, discriminación de sonidos,
percepción del volumen, diferenciar alturas, diferenciar texturas en
diferentes partes del cuerpo. Discriminación fina de formas y tamaños en
función de diferencias mínimas marcadas por la orientación espacial de los
objetos, por pequeños detalles de los mismos y por la transcripción
simbólica al grafismo.
Actividades: Seguir con la vista trayectorias de una pelota que se va
desplazando, discriminar diferentes intensidades de luz ;discriminar y
clasificar objetos según forma (redondo, cuadrado, triangular, grandes,
pequeños…). Discriminar sonidos provenientes del cuerpo (risa, voz,
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
20
bostezo, taconeo, sonarse…), de animales, de la naturaleza y del medio
ambiente. Con los ojos cerrados identificar objetos por el tacto: ropa,
comida, papel de diferentes textura, etc.; así mismo discriminar
temperaturas. Son aconsejables para conseguir la percepción del tamaño y
de la forma todos los ejercicios en que se pide reconocer, clasificar,
ordenar, etc., objetos con diferentes formas, tamaños, colores, Observar las
formas de las señales de tráfico y percibir las diferencias de color figurafondo,
de dirección, etc.
FUNCIÓN: LATERALIDAD.
Contenido: Lograr una lateralización definida en diferentes partes del
cuerpo, principalmente mano, ojo, oído y pie.
Actividades: Utilizar objetos con la mano dominante, como simular
batir un huevo, enrollar un hilo, clavar un clavo, amasar la plastilina, tocar el
piano, dar pitos con los dedos, lanzar una pelota a una diana, botar la
pelota, etc. Repetir estas acciones con la mano izquierda y comprobar la
diferencia de ejecución en rapidez, exactitud, precisión, fuerza, etc. Hacer
un puzzle utilizando ambas manos, una para elegir la pieza y colocarla con
cuidado, y la otra para sostenerla mientras se piensa dónde se coloca.
Mirar con catalejos, utilizar un caleidoscopio, hacer una foto, mirar por un
agujero, etc… haciendo caer en la cuenta al niño de qué ojo utiliza y con
qué mano sostiene el objeto. Escuchar el sonido de una caracola
acercándosela al oído, escuchar el latido del corazón de un compañero,
acercarse un auricular a un oído para escuchar la música, etc. Jugar con un
balón indicando acciones como regatear, chutar, pararla con un pie,
lanzarla lejos o cerca, marcando direcciones, etc.
FUNCIÓN: ORIENTACIÓN ESPACIAL: DERECHA-IZQUIERDA.
Contenido: Conocimiento de los términos verbales derecha e
izquierda en el propio cuerpo, orientación de los objetos en el espacio a
partir del eje de simetría vertical del propio cuerpo, reconocimiento de la
posición relativa de los objetos, y de la identificación derecha e izquierda en
el otro.
Actividades: Colocar en el dedo o muñeca preferente del niño una
cinta, anillo o pegatina a fin de enseñarle a conocer cuál es la mano
derecha o izquierda. Dibujar un muñeco lo más simétrico posible, doblarlo
por la mitad y explicarle cómo la columna divide nuestro cuerpo en dos
partes, la derecha e izquierda, y cómo esa simetría afecta a todo el cuerpo
señalándole los dos ojos, orejas, agujeritos de la nariz, hombros, brazos,
codos, manos, dedos, caderas, piernas, rodillas y pies. Nombrar cada parte
indicando derecha e izquierda a lo largo del cuerpo. Ejercicios de
descripción de cosas en el espacio en función de su posición, es decir, de
su eje de simetría corporal: la puerta de la clase está a la derecha de los
niños, pero a la izquierda de la profesora. Cambiar a los niños de lugar y
describir cómo también los mismos objetos anteriores están en otra
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
21
posición. Hacer dibujos o situar objetos en un espacio al dictado de órdenes
verbales.
FUNCIÓN: COORDINACIÓN DE BRAZOS Y MANOS. COORDINACIÓN
ÓCULO-MANUAL Y DOMINIO DEL GESTO GRÁFICO.
Contenido: Adquisición de movimientos precisos y coordinados,
fuerza y destreza manual, lanzar y recoger, presionar y aflojar, simultanear
acciones, control voluntario de los brazos y manos. Control y dominio del
movimiento y del gesto grafo-manual obedeciendo la dirección ocular y la
percepción visual.
Actividades: Lanzar objetos hacia una diana, mover ambos brazos y
manos simultáneamente o en sentido inverso, arrugar mucho un papel (u
otro objeto como un pañuelo) con una mano, con otra, con las dos
alternativamente, al mismo tiempo… Practicar con las manos las
actividades propias de la preescritura como puntear, colorear, recortar,
picar, golpear, reseguir trazos sobre un papel, etc..
Para la coordinación visomanual conviene ejercitarse en seguir con
los ojos la dirección de una cometa, (cinta moviéndose en la clase, avión,
dibujo en la pizarra…) sin mover apenas la cabeza y dibujar posteriormente
con la mano la dirección anterior. Son ejercicios de coordinación óculomanual
y destreza digital todos los deportes que sean de lanzar a una
diana, meter el balón en una canasta, tenis de mesa, así como todos los
ejercicios de pintar, coser, amasar barro y hacer figuras, arrugar papel,
ensartar bolas, reseguir con el lápiz grecas marcadas en la dirección de la
escritura.
FUNCIÓN: ORGANIZACIÓN Y ESTRUCTURACIÓN TEMPORAL.
Contenido: Conocimiento de las nociones temporales por las que nos
regimos en la vida cotidiana a través del reloj y de calendario
fundamentalmente, lo que incluye mañana, mediodía, tarde, y noche,
conocimiento de los días de la semana, meses y estaciones del año.
Actividades: Ubicar determinadas actividades en función de
intervalos temporales. Contar cuentos o historias y pedirle que nos diga qué
pasó antes, o bien pedirle que ordene historias de varias viñetas.
Caracterizar los días de la semana por actividades escolares y
extraescolares, programas de la tele, etc. Utilizar un calendario para
memorizar los meses en el orden correcto y posteriormente señalar las
estaciones, pintando cada estación con un color y memorizarlas. Con el
mismo calendario o con otro situar las fiestas escolares de todo el año,
redondear los cumpleaños de sus compañeros, de su familia, etc.
FUNCIÓN: RITMO.
Funciones: Mantener cadencias, acomodar el cuerpo y partes del
mismo a un ritmo determinado, memoria musical, simbolización del ritmo en
el grafismo, lectura rítmica y transcripción del ritmo a la escritura
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
22
Actividades: Seguir diferentes ritmos y melodías con un instrumento
musical como la pandereta, platillos, guitarra, piano. Saltar una cuerda,
línea del suelo, o dar botes al compás de unas palmadas. Hacer el
acompañamiento de una canción con un tambor, maracas, castañuelas,
etc. Enseñar a representar distintos ritmos a través de un símbolo escrito
construyendo un código: palmadas rápidas = círculos juntos y palmadas
lentas = círculos separadas. Posteriormente escuchar un ritmo y
simbolizarlo gráficamente con círculos más juntos o más separados en
función del ritmo. Aprender los símbolos gráficos que representan un ritmo
(círculos grandes o pequeños, juntos o separados, según se acuerde
previamente) y tratar de dar palmadas leyendo dichos símbolos. Todo el
aprendizaje musical de notas, instrumentos, canciones y bailes favorece el
desarrollo de la capacidad rítmica en el niño.
FUNCIÓN: HÁBITOS DE INDEPENDENCIA PERSONAL
Contenido: Capacidad de vestirse y desvertirse sin ayuda, dominio
del aseo personal, autonomía en la alimentación, capacidad de utilizar ropa
adecuada en función de la temperatura, manejarse con el dinero de uso
personal, de orientarse para coger el autobús y reconocer las direcciones
próximas al hogar y aprendizaje de la organización de tareas académicas.
Actividades: Permitir y fomentar la independencia progresiva en
vestirse y desvestirse, peinarse, asearse, ordenar sus cosas, preparar la
mochila con los materiales escolares, hacer un horario con las actividades
de cada día de la semana, componer un organigrama de actividades
extraescolares o recreativas, etc. Hacerse un mapa con la orientación a
seguir para ir a comprar el pan, coger el autobús, etc. Ayudarle a
experimentar el valor de las cosas en función de sus gastos personales,
como chucherías, coleccionables, cuentos, juegos, etc. Realizar las
actividades cotidianas según horario preacordado y comprobar las
consecuencias de no cumplirlo.
6. CONCLUSIONES
El desarrollo físico y psicomotor tiene una etiología multicausal en la
que factores de herencia y de medio ambiente interactúan potenciándose
mutuamente.
La leyes de desarrollo céfalocaudal y próximodistal tienen una base
biológica y regulan el proceso de desarrollo del niño, pero otros factores
aceleran o enlentecen de forma importante dicho proceso.
El desarrollo físico no sigue un ritmo uniforme, ni siquiera todos los
órganos corporales evolucionan paralelamente, esta asincronía está
determinada biológicamente.
El desarrollo de las psicomotricidad al comienzo de la vida se
observa fundamentalmente en dos aspectos: la motricidad gruesa y la
motricidad fina.
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
23
Los diversos aspectos del desarrollo psicomotor que hacen
referencia al esquema corporal, la coordinación de movimientos, la
orientación espacial y temporal, el ritmo y los aspectos de la organización
perceptiva, tienen un periodo de maduración que va de 4 a 12 años
aproximadamente.
Está demostrada la relación entre los primeros aprendizajes
escolares y la adquisición de las funciones madurativas básicas de la
psicomotricidad.
Todas las funciones psicomotrices están relacionadas entre sí, por lo
que el retraso de una de ella afecta en mayor o menor medida a las otras
funciones, y viceversa.
Las estrategias de evaluación del desarrollo psicomotor en la primera
infancia son principalmente Escalas de Desarrollo en las que la maduración
psicomotora es un aspecto más de los evaluados en el niño.
Existen para sujetos con edades comprendidas entre 4/5 y hasta 12
baterías específicas de psicomotricidad para prevenir retrasos, e identificar
alteraciones o trastornos. Estas baterías no consignan propiedades
psicométricas de fiabilidad y validez.
Las baterías de psicomotricidad proveen de un perfil madurativo en
relación a las funciones evaluadas, atendiendo a criterios de edad.
Tanto las actuales Escalas de Desarrollo como las Baterías o Perfiles
de Psicomoticidad de más reciente creación se basan en estudios pioneros
en este ámbito realizados entre los años 20 y 50, modificando más los
aspectos formales de la evaluación que el contenido de la misma.
La mayoría de los autores que presentan baterías de reeducación
psicomotriz, proponen también estrategias de recuperación o programas
psicomotrices.
Actualmente en el diseño curricular de los alumnos de Educación
Infantil y Primaria se ha incorporado la psicomotricidad como materia del
programa educativo.
Los padres, ante cualquier sospecha de retraso, se aconseja que
acudan al pediatra o a un profesional especializado a fin de identificar
tempranamente los problemas. En la reeducación psicomotriz su ayuda y
cooperación es necesaria e inestimable.
7. CASO PRÁCTICO: CASO ALEJANDRO
Alejandro tiene 7 años y 11 meses. Su padre de 42 años es médico y
su madre de 40 años es profesora. Tiene un hermano mayor de 12 años y
2 meses.
ANTECEDENTES
Cuando Alejandro ingresa en el centro educativo para cursar 1º de
Educación Infantil, los padres refieren que tiene un problema de tipo físico,
nació con una malformación en el pie derecho, un pie zambo, que no le
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
24
permite andar como los demás niños. Además les parece que tiene falta de
fuerza en las manos que hace que se le caigan las cosas con frecuencia.
Lo describen como muy dependiente y temeroso, con un lenguaje poco
evolucionado para su edad y en general un poco torpe, que se desenvuelve
mal en los parques y en actividades físicas en general. Ha tenido dos
operaciones en el pie, a los 8 meses y a los 2 años, habiendo conseguido
enderezar el pie casi prácticamente como el otro, aunque ese pie es algo
inferior en tamaño y no está derecho del todo. Según dicen los padres, para
los médicos este pequeño problema no debe impedir al niño hacer una vida
normal, pero ellos observan que su hijo no puede andar, correr, saltar como
los niños de su edad. En el parque tiene mucho miedo de que los niños le
empujen, que pasen a su lado corriendo, que le peguen con un balón, etc.
Prefiere jugar con puzzles, ver cuentos y la televisión. El resto de su
evolución ha sido la normal y esperable de cualquier niño en cada una de
las edades.
El Orientador del centro tras un periodo de observación estima que
los objetivos del curso pueden desarrollarse en el aula sin necesidad de
medidas especiales.
En 2º y 3º de Educación Infantil se mantienen los objetivos de
lenguaje, autonomía y desarrollo motor, alcanzando el nivel esperable a su
edad en los aprendizajes académicos, excepto en pre-escritura y
psicomotricidad. En la valoración psicológica que en este curso se realiza a
todos los niños, Alejandro obtiene los siguientes resultados:
Escala de Madurez Mental de Columbia: Centil 75
Test Perceptivo-Motor de Bender: Centil 35
Reversal Test: Centil 40
Además a Alejandro por sus características especiales se le aplica
una Escala de Psicomotricidad (de la Cruz y Mazaira, 1990), obteniendo
estos resultados:
-----------------------------
Insertar aquí figura 1
-----------------------------
A la vista de los datos se estima que necesita un profesor de apoyo
específico para el próximo curso, pero sin alterar substancialmente la
marcha escolar ordinaria, ya que es capaz de mejorar estos resultados con
apoyos puntuales y discretos cuando el propio educador se los proporciona.
En 1º curso de Educación Primaria se establece el siguiente
Programa de Intervención.
Objetivos:
Reasegurar la locomoción: marcha, saltos y carrera, así como
mejorar el equilibrio general
Perfeccionar la coordinación óculo-manual, así como la destreza,
habilidad, rapidez y fuerza manual.
Consolidar el esquema corporal y la orientación espacial.
Temporalidad:
Un día por semana en actividades de trabajo personal
Orientación y coordinación con los padres:
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
25
Se aconseja que en casa ande de puntillas, de talones , salte, suba y
baje escaleras, y que en los parques infantiles trepe por construcciones
armadas, monte en bicicleta, y se ejercite en cualquiera de las actividades
deportivas por las que sienta interés.
Se le recomienda apuntarse al taller de barro y cerámica del centro,
o a tocar algún instrumento musical.
Alejandro trabaja con el profesor de apoyo en 1º y 2º de Educación
Primaria. Al finalizar el ciclo se reúnen el tutor, el profesor de apoyo y el
orientador que evalúan el progreso de Alejandro a fin de tomar decisiones
para el nuevo ciclo.
INFORME DEL PROFESOR DE APOYO
Alejandro ha seguido durante dos años académicos un programa de
tratamiento con el objetivo de superar las dificultades provenientes de un
defecto físico en el pie derecho y las secuelas psicomotoras de dicho
trastorno, intentando como objetivo meta conseguir la autonomía funcional
a todos los niveles y un desarrollo psicomotor acorde a la edad
correspondiente.
Su nivel de colaboración ha sido parcial debido a su escasa
motivación hacia dichas tareas, al convencimiento de que no puede
hacerlas, y al miedo a caerse, lastimarse o hacerse daño. Durante estos
dos cursos ha ido superando progresivamente algunos de estos miedos, ha
mejorado la coordinación general, ha reasegurado la marcha y la
locomoción rápida, mantiene un equilibrio más seguro, ha conseguido
mejor coordinación de las manos y destreza digital, pero sin alcanzar la
meta propuesta en el programa: un nivel de desarrollo psicomotor
semejante a la edad cronológica. No obstante, considero que se han
asociado una serie de variables que han dificultado el que dicho desarrollo
se adquiera: las secuelas del trastorno físico, las experiencias negativas
que ha sufrido por su falta de habilidad, el miedo consecuente así como las
estrategias que pone en funcionamiento para no afrontar estas actividades.
Todo ello explica, a mi juicio, que el retraso psicomotor no se haya
superado y que posiblemente Alejandro no llegue a ser un niño tan
habilidoso como los demás en este aspecto, ni un practicante entusiasta de
los deportes activos, sin que esto signifique ninguna merma importante
para él. En un futuro inmediato aconsejaría interrumpir el tratamiento de
apoyo, puesto que la práctica de la educación física ordinaria del centro
educativo y los deportes extraescolares son suficientes para lograr que
Alejandro consiga el grado de autonomía y destreza psicomotora necesaria
para proseguir sus estudios sin problemas. En cuanto a la destreza manual
es algo a trabajar en el aula, en el hogar o en la práctica de otras
actividades voluntarias que incidan en este foco de atención. Más allá de la
rehabilitación física y la práctica psicomotriz, Alejandro necesita hacer las
cosas por sí mismo, trabajar el miedo a enfrentar las situaciones, y
ofrecerle niveles de ayuda más discretos y no tan directos, sin evitarle
exponerse a situaciones de dificultad física que él puede superar con algo
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
26
de ayuda o incluso solo. Desde mi punto de vista, el miedo es actualmente
una causa más determinante del problema que el defecto físico específico.
INFORME DEL TUTOR
Alejandro ha adquirido de forma satisfactoria los aprendizajes
básicos de la lectura, pero presenta alguna dificultad en la escritura. Le
gusta argumentar y dar su opinión en clase, es participativo y sociable.
Tiene un excelente razonamiento lógico, pero tarda en hacer las tareas por
escrito, es algo torpe en la expresión plástica y rechaza las actividades
físicas o deportivas. No presenta problemas académicos, pero necesita
mejorar la presentación de sus trabajos.
INFORME DEL ORIENTADOR
En la entrevista con los padres se hace balance del trabajo realizado
en Educación infantil y en Primaria.
Los padres, en general, están contentos del progreso de su hijo. El
padre está satisfecho del rendimiento y de lo que ha mejorado en el colegio
respecto a su problema y cree que el miedo ya se le quitará poco a poco.
La madre, aunque está satisfecha, dice que su hijo sufre por verse torpe, y
piensa que tener un pie más pequeño y torcido produce muchos complejos,
por lo que considera que Alejandro necesita continuar con el tratamiento
individualizado para su problema. Se les informa de la opinión de los
profesionales implicados y se les aportan los siguientes datos de la última
evaluación realizada a Alejandro:
Resultados de la evaluación psicológica
En la BADYG las puntuaciones indican una inteligencia normal media
en la mayoría de las subescalas, sobresaliendo en aptitudes numéricas y
en inteligencia no verbal o razonamiento lógico.
Se aplican las pruebas del Perfil Psicomotor de Picq y Vayer
(1985??) iniciando las mismas a la edad de 6 años con el fin de observar
los cambios experimentados durante este periodo de tiempo. Los
resultados se exponen en la figura 1
---------------------------------------
Insertar aquí Figura 2
--------------------------------------------
Alejandro obtiene resultados madurativos entre 7 y 8 años,
observándose puntuaciones inferiores en las pruebas que implican la
marcha, el equilibrio y la coordinación dinámica general. No obstante, los
progresos conseguidos, incluso en estas áreas, confirman la eficacia del
programa de intervención con el que se ha trabajado. Es conveniente que
en actividades extraescolares asista a talleres de cerámica, pintura, etc, así
como a actividades deportivas recreativas, pero de forma sistemática
necesita trabajar la marcha de puntillas tanto en el aula ordinaria de
psicomotricidad como en su casa todos los días. Se estima que las
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
27
dificultades actuales se corregirán sin necesidad de apoyos educativos
específicos, y que posiblemente éstas no le afecten a su rendimiento
escolar.
8. BIBLIOGRAFÍA
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Rodríguez Sacristán (Ed.): Manual de Psicopatología Infanto-Juvenil.
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Casal y J.C. Sierra (Ed.): Manual de Evaluación Psicológica. Madrid.
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Barcelona. Editorial Científico Médica.
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Prentice Hall Hispanoamericana.
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Madrid. International Thompson.
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Ediciones.
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l´enfant et dans les dyslexies d´evolution. Enfance, nº 5.
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Vayer, P. Y Barat, J. (1981). El diálogo corporal: (acción educativa en el
niño de 2 a 5 años). Madrid. Científico Médica.
Zazzo, R. (1979). Manual para el examen psicológico del niño. Madrid.
Fundamenteos (original, 1969)
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
29
9. LECTURA COMPLEMENTARIAS
Berk, L. E. (1998). Desarrollo del niño y del adolescente. Madrid. Prentice
Hall.
En este libro se describen las complejidades del desarrollo del niño y
del adolescente. Contiene una teoría bien estructurada que permite una
comprensión fácil del desarrollo del ser humano. Aporta datos de
investigación relevantes sobre los que soporta sus conclusiones. Se
destacan los aspectos comunes y diferentes entre los grupos étnicos y las
culturas. Esta obra proporciona un programa pedagógico que ayuda a los
estudiantes en el dominio de la información.
Boulch, J. L. (1995). El desarrollo psicomotor desde el nacimiento hasta los
6 años. Barcelona. Piados.
Esta obra realiza la síntesis de los conocimientos actuales sobre el
desarrollo psicomotor del niño hasta los seis años. Según el autor, la
evolución psicomotriz está estrechamente ligada a la calidad de la relación
afectiva que se establece entre el niño y su medio familiar, por lo que los
padres deben sentirse directamente aludidos por el análisis de todas las
actividades educativas que permitan facilitar esos intercambios.
Cratty, B. J. (1982). Desarrollo perceptual y motor en los niños. Barcelona.
Paidós
Esta autora ofrece un panorama detallado del desarrollo perceptual y
motor del niño desde el nacimiento hasta los doce años, sin descuidar los
factores cognitivos que constantemente influyen en la actividad motriz
voluntaria. Se estudian desde los reflejos del infante hasta la participación
en competencias deportivas y las características físicas vinculadas con el
origen étnico. Texto de indudable utilidad para los especialistas en
desarrollo infantil.
Fonseca da, V. (1998). Manual de observación psicomotriz. Barcelona.
Inde.
El interés de este libro se debe al enfoque del cual parte para
analizar los factores que componen la Psicomotricidad: los descubrimientos
de Luria, en lo que respecta a las tres unidades funcionales del cerebro y
ubicar en ellas los factores psicomotrices. La parte conceptual ofrece un
nuevo y profundo planteamiento para entender la importancia de la
psicomotricidad en el desarrollo humano. Plantea un instrumento de
evaluación, la Batería Psicomotora (BPM), aportando criterios de valoración
cuantitativa y cualitativa a fin de obtener un perfil o nivel psicomotor.
Garaigordobil Landazabal, M. (1999). Un instrumento para la evaluaciónintervención
en el desarrollo psicomotriz: Una propuesta de
observación y estimulación sistemática de situaciones de juego para
primer ciclo de educación primaria. Vitoria. Agruparte
En esta obra se analiza el desarrollo psicomotriz y se aporta un
instrumento o batería psicomotriz formado por una serie de actividades
psicomotrices organizadas alrededor de funciones específicas. Dicho
instrumento, elaborado con 101 juegos, permite tanto la evaluación como el
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
30
entrenamiento en las funciones evaluadas. Este trabajo es una herramienta
útil para profesionales de la psicología o la educación que trabajan en
Primer Ciclo de Educación Primaria.
Shaffer, D. R. (2000). Psicología del desarrollo: Infancia y adolescencia.
Madrid. International Thompson.
Obra que presenta los hechos, teorías y procesos de la psicología
del desarrollo basándose en gran medida en preguntas, problemas de
razonamiento, comprobación de conceptos y otros ejercicios para estimular
el interés y participación de los estudiantes.
Presenta temas de gran actualidad como los métodos
psicofisiológicos y etnográficos, la teoría del procesamiento de la
información y los nuevos avances en genética, etc. Obra de gran interés
para documentarse convenientemente.
10. PALABRAS CLAVE:
Desarrollo, psicomotricidad, esquema corporal, orientación espacial,
estructuración temporal, lateralidad, ritmo, coordinación dinámica,
coordinación viso-manual, equilibrio, respiración, relajación, tonicidad,
evaluación psicomotora. Educación psicomotriz. Intervención psicomotriz.
11. PRUEBA OBJETIVA:
1. Acerca del desarrollo físico sería correcto afirmar que:
a) Está determinado exclusivamente por la herencia.
b) La herencia no es determinante del crecimiento, a veces ni influye.
c) Los factores explicativos del crecimiento son múltiples e interactúan
entre ellos potenciándose mutuamente
2. Es importante conocer y evaluar el desarrollo físico porque:
a) Indica el nivel de maduración cerebral y su vinculación con el
desarrollo óseo y muscular.
b) Es un buen pronóstico del aprendizaje escolar.
c) Es un buen pronóstico del desarrollo psicomotor.
3. El ritmo de crecimiento desde la infancia a la adolescencia:
a) Es uniforme y regular en el periodo de 0 a 12 años.
b) Es lento de 0 a 6 años, pero sigue ritmo muy acelerado hasta la
adolescencia.
c) No sigue un ritmo regular y además distintos órganos del cuerpo
siguen patrones de crecimiento diferentes.
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
31
4. El esquema corporal es la representación que tenemos de nuestro
cuerpo:
a) Esto significa que es una imagen objetiva de nuestras dimensiones
físicas.
b) Esto significa que están implicados procesos perceptivos y
práxicos, entre otros.
c) Esto significa que es inmodificable.
5. Cuando hablamos de lateralidad nos referimos:
a) A la preferencia lateral de un lado del cuerpo sobre otro que está
determinada por una dominancia hemisférica cerebral.
b) A un concepto evolutivo en el que progresivamente se define si un
niño es diestro, zurdo o ambidextro.
c) Las dos anteriores son verdaderas.
6. Las posibilidades de definición de lateralidad son:
a) Diestro o zurdo.
b) Ambidextro o lateralidad sin definir.
c) Diestro, zurdo o ambidextro.
7. La orientación espacial hace alusión a:
a) La capacidad de saber cuál es la mano derecha e izquierda.
b) A las relaciones topológicas, es decir, las relaciones entre el
cuerpo y los demás objetos
c) A la lateralidad.
8. Los sujetos que tienen una correcta estructuración temporal:
a) No tienen problemas de lectoescritura.
b) Tienen una buena adquisición de las nociones de orden o
secuencia de los acontecimientos y de duración de los mismos.
c) Es porque a los 6 años conocen los conceptos de conservación y
reversibilidad.
9. Respecto a las nociones de ritmo y motricidad, estaríamos de acuerdo
en decir que:
a) El ritmo es algo congénito, hay una predisposición mayor al ritmo
en unos niños que en otros, lo que conlleva que aprendan antes
las nociones temporales.
b) Son dos aspectos independientes entre sí.
c) Son dos aspectos íntimamente relacionados.
10. Las estrategias y/o programas para la educación psicomotriz tienen
como objetivo:
a) El tratamiento de niños con trastornos de aprendizaje
b) Ayudar en la maduración psicomotriz del niño
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
32
c) Observar la vinculación entre dificultades escolares y retraso
psicomotor.
11. Las actividades o estrategias psicomotoras en niños con retrasos
madurativos:
a) Pueden ser llevados a cabo tanto en la familia como en un centro
educativo, solo se necesita saber qué y cómo trabajar con el
niño.
b) Aunque algunas actividades y programas se orientan
específicamente al desarrollo de una función desarrollan
simultáneamente otras funciones psicomotrices.
c) Las dos anteriores son verdaderas.
12. Un buen programa psicomotor, para mejorar algunas funciones, debe
contemplar:
a) Actividades variadas y organizadas de forma secuencial, de más
entretenidas a más serias y formales.
b) El desarrollo de funciones específicas y actividades acordes a
dicho desarrollo, pero procurando que unas adquisiciones
potencien a otras en la mayor medida posible.
c) El desarrollo exclusivo de una función trabajada a fondo,
posteriormente el de otra función también trabajada a fondo, y así
sucesivamente hasta madurar en todo.
13. En el caso de Alejandro las puntuaciones inferiores a su edad en el
perfil psicomotor de los 7 años se deben:
a) A que los objetivos de la evaluación no eran los más idóneos
para su problema.
b) A su defecto físico.
c) En parte a su problema físico y en parte a experiencias negativas
derivadas de su problema físico.
14. Según los informes de los profesionales Alejandro ha mejorado en el
desarrollo psicomotor por las siguientes razones:
a) Por la madurez que todos los niños experimentan en ese periodo.
b) Por la ayuda del profesor de rehabilitación psicomotriz y del
programa que ha realizado.
c) Porque el defecto físico lo ha superado totalmente.
15. De las Escalas de Evaluación de la Primera Infancia, considero que la
Escala Bayley y el Inventario de Desarrollo Batelle tienen en común:
a) Que valoran los retrasos psicomotores de los niños entre 1 y 5
años.
b) Que junto con aspectos cognitivos valoran aspectos del
desarrollo psicomotriz.
c) Ambas escalas plantean estrategias de intervención con niños
con retraso psicomotor.
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
33
16. La Escala de Picq y Vayer es una Escala de gran utilidad para:
a) Valorar el desarrollo psicomotor en niños de 6 a 11 años, y a
partir de los datos proponer estrategias de intervención.
b) Identificación temprana de retrasos psicomotores en niños de 0 a
5 años.
c) Valora los retrasos escolares a partir de una evaluación de la
psicomotricidad.
17. El nivel Dispráxico se refiere a:
a) Nivel dispráxico es similar a nivel disgráfico y se relaciona
fundamentalmente con la lectura y escritura.
b) Un tipo de perfil obtenidos en la Batería Psicomotora (BPM) de
Victor da Fonseca, y supone una ejecución incorrecta de
movimientos.
c) Obtener un nivel dispráxico significa la incapacidad de mover las
manos.
18. Las sincinesias y paratonías son dos aspectos de la psicomotricidad
relacionados con:
a) La coordinación general
b) El ritmo y la orientación del movimiento
c) La coordinación y la independencia motriz.
19. La evaluación de la Orientación y/o estructuración Espacial puede
realizarse con las siguientes escalas:
a) Escala Observacional del desarrollo y el Perfil Psicomotor de Picq
y Vayer.
b) Escala de Desarrollo de Bayley, Perfil Psicomotor de Picq y
Vayer, Escala de Evaluación de la Psicomotricidad en Preescolar
de V. de la Cruz y con la Escala de Psicomotricidad de V. da
Fonseca.
c) Con la Batería de Evaluación Psicomotriz de M. Garaigordóbil,
Perfil Psicomotor de Picq y Vayer y con el Protocolo de Examen
Psicomotor de P. Cobos.
20. Respecto a las propiedades psicométricas de las estrategias de
evaluación del desarrollo psicomotor podemos afirmar que:
a) La mayoría de las Escalas actuales apenas presentan datos
sobre fiabilidad y validez debido a la naturaleza de las pruebas y
a la finalidad de la evaluación.
b) Hay Escalas, como La Escala de Desarrollo Psicomotor de
Bayley y el Protocolo de Examen Psicomotor de P. Cobos que
presentan datos sobre las propiedades psicométricas de sus
Escalas.
c) Ninguna de las estrategias presentadas tienen estudios
experimentales sobre validez y fiabilidad.
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
34
Respuestas correctas de la Prueba:
1 c; 2 a; 3 c; 4 b; 5 c; 6 c; 7 b; 8 b; 9 c; 10 b; 11 c; 12 b; 13 c; 14 b; 15 b;
16 a; 17 b; 18 c; 19 c; 20 a.
12. EJERCICIOS
1. Señala 3 funciones a mejorar y algunas actividades a realizar con un
niño de 6 años con dificultades de lateralidad y de orientación espacial.
2. El caso presentado plantea el problema de Alejandro y los objetivos del
programa de educación psicomotriz que se llevaron a cabo en el Centro
Educativo, pero no se especifican las actividades concretas que se
realizaron. Tras la lectura detenida del caso y de las actividades
sugeridas en el capitulo de los programas, elige 5 actividades para
cada uno de los objetivos planteados.
3. Qué evaluación y programa sería más conveniente utilizar en un aula
ordinaria en 1er y 2º curso de Educación Primaria para el desarrollo de
la psicomotricidad. Pon los datos completos del programa y señala tres
características del mismo por las que te parece el más adecuado.
4. Para identificar un niño de 3 años con retraso psicomotor y con
sospecha de retraso mental ¿qué técnica de evaluación es la más
adecuada? Razona tu respuesta
5. Qué actividades aconsejarías realizar a unos padres de un niño de 5
años con dificultades perceptivas visuales? (Indica al menos 5)
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
35
CUADRO 1. TABLA EVOLUTIVA CON LOS AVANCES MADURATIVOS EN MOTRICIDAD GRUESA Y FINA.
0 a 3 meses 4 a 8 meses 9 a 12 meses 13 a 18 meses 19 a 24 meses 2 y 3 años 4 a 6 años 7 a 12 años
Motricidad
Gruesa
Reflejo de Moro
positivo
Reflejo de prensión
activo
Alza la cabeza 45º
Posición de cuello
tónica
Ajuste postural al
hombro
Movimientos
reptantes
Sentado con apoyo
Sentado sin ayuda
Apoyo de
antebrazos
Flexión cefálica
cabeza línea media
Gira sobre su eje
Volteos
Se sienta solo.
De pie con apoyo
Pasos con ayuda
Se sienta solo
Sentado seguro
Da 5 pasos
marcha libre
De pie sin apoyo
Baja-sube
escaleras
Carrera libre
Camina hacia atrás
Camina hacia el
lado
Trepa por muebles.
Chuta la pelota
Salta hacia delante
Alterna pies al
subir escaleras
Se mantiene sobre
un pie
Salta un escalón
Camina de
puntillas
Saltos con pies
juntos
Salta hacia atrás
Alterna pies al
bajar escaleras
Lanza pelota por
encima de sus
manos
Va en bici
Camina con
talones
Salta sobre cuerda
desde 20 cm.
Vigorosa actividad
física con habilidad
muscular y motora
especial.
Marcha en tandem
hacia atrás
Se mantiene en
posición marcha
tandem ojos
cerrados
Equilibrio puntas
con ojos cerrados
Motricidad
Fina
Sigue hasta la
línea media
Movimientos
simétricos
Pasa la línea
media
Reflejo de prensión
Manipula anilla
Intenta coger anilla
Junta las manos
Busca un objeto
Destapa la cara
Ase objetos
grandes con pulgar
y palma
Pinza inferior
Mira la bolita,
intenta cogerla
Observa manos
Coge el cubo
Retiene 2 cubos
Sujeta el lápiz
Tira del cordón
para coger anilla
Toca campanilla
intencionadamente
Pinza superior
Coge la bolita
Destapa objeto
escondido
Da objeto a
petición
Palmotea
Mete un cubo en la
taza
Revuelve con
cucharilla a
imitación
Señala con el
índice
Llena /vacía
objetos
Torre de dos cubos
Sujeta lápiz
Intenta imitar
garabatos
Empuja cochecito
Vuelve páginas
libro
Lanza la pelota
Pasa páginas
Garabateo
espontáneo
Imita horizontal
Tapa un bolígrafo
(encaja un objeto)
Torre de 4 cubos
(6 cubos)
Abre puertas
Coge un lápiz
Dibuja cruz
y traza líneas a
imitación
Torre 8 cubos.
Ayuda a recoger
Hace un puente
con cubos
Copia círculo,
cuadrado, y otras
figuras.
Corta con tijeras.
Ayuda a vestirse y
desvestirse
Corta con tijeras
Copia un triángulo.
Amplio desarrollo
psicomotor
Organización
coordinación
habilidad de
funciones
perceptivas,
manuales,
oculares, para
aprendizajes
escolares
Coge al aire pelota
tenis.
Lanzar pelota a un
blanco
0 a 3 meses 4 a 8 meses 9 a 12 meses 13 a 18 meses 19 a 24 meses 2 y 3 años 4 a 6 años 7 a 12 años
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
36
Puntuación Nivel Bueno Normal Bajo
Locomoción *
Posiciones 4 *
Equilibrio 5 *
Coord. piernas 11 *
Coord. brazos 9 *
Coord. manos 6 *
E. Corporal (1) 5 *
E. Corporal (2) 2 *
Figura 1. Resultados de la Escala de Evaluación de la Psicomotricidad en Preescolar
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
37
Figura 2. Resultados de la evaluación del Perfil Psicomotor
Perfil Psicomotor
6
7
8
9
10
Peso
Altura
Coor. Viso-manual
Coor. Dinámica
Control postural
Equilibrio
Coor. Manual
Rapidez
Ori, espacial
Est. Temporal
Ritmo
Edad
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
38
Cuadro 2. Evaluación del desarrollo psicomotor de 0 a 6 años
DATOS DE
IDENTIFICACIÓN DEL
INSTRUMENTO
FINALIDAD UTILIDAD
Haizea-Llevant
0 a 5 años
Generalitat de
Catalunya y Gobierno
Vasco
Vitoria (1995)
Instrumento de selección para detectar retrasos en el desarrollo. Utilizado en Pediatría.
Evalúa:
Socialización, Lenguaje y lógica matemática, Manipulación y Control postural.
Las medidas obtenidas quedan reflejadas en el panel gráfico de logros evolutivos. Ofrece
signos de alarma para cualquier edad y signos para edades específicas.
No ofrece indicadores psicométricos puesto que sigue criterios evolutivos de frecuencia de
aparición de una conducta.
Instrumento válido de selección.
Permite una valoración rápida del
desarrollo madurativo general.
Aplicación sencilla y breve.
Válido en Pediatría y en Educación
Infantil.
Escala de Bayley de
Desarrollo Infantil
(BSID)
De 2 meses a 30 meses
Bayley, N.
1960
Madrid. TEA (1977)
BSID-II
De 0 a 36 meses
Evaluación del patrón de Desarrollo Mental Temprano. N = 1262. M =100, DT = 16.
Escala Mental: Agudeza sensorio-perceptiva, Respuesta a estímulos, “Constancia del objeto”,
Comunicación verbal, Resolución de problemas, Generalizar y clasificar Se obtiene un Índice
de Desarrollo Mental (IDM).
Escala Motora: Control corporal, Coordinación motórica, Habilidad manipulativa, Posibilitan
relación con el entorno y aprendizajes nuevos. No está relacionada con funciones intelectuales.
Se obtiene un Índice de Desarrollo Psicomotor (IDP).
Escala de Comportamiento: Orientaciones sociales del niño hacia su entorno expresadas en
actitudes, intereses, emociones, etc.
Presenta coeficientes de fiabilidad (Spearman-Brown) de .81 a .93 para la Escala Mental y de
.68 a .92 para la Escala Motora. La validez con Staford-Binet es de .57
Válida para obtener Índices
independientes de Desarrollo Mental
y Psicomotriz
Es completa, útil y con garantías
psicométricas.
Requiere entrenamiento en la
aplicación y corrección.
Aconsejable para descartar retrasos
en el desarrollo.
Inventario de Desarrollo
Batelle
(BDI)
De o a 8 años.
Newborg y colbs., 1984,
Madrid. TEA. (1989)
Identifica puntos fuertes y débiles del desarrollo en las áreas evaluadas. Su finalidad es
realizar una intervención temprana con niños con minusvalías.
Evalúa el desarrollo de la conducta cognitiva, motórica, adaptativa, comunicativa y personal
social.
Útil como test de screening, a nivel clínico y educativo.
Permite obtener un perfiles y proporciona Centiles y Edad equivalente.
El error estándar de medida es bajo, comprendido entre los valores 3,39 y 5,23.
La fiabilidad test-retest oscila entre 0,81 a 0,99.
El manual refiere aceptable validez concurrente.
Una de las más completas a nivel de
preescolar.
Valora la psicomotricidad en el
conjunto de otros
aspectos evolutivos.
Útil para sujetos con hándicaps o
retrasos en el desarrollo.
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
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Escala Observacional
del Desarrollo
(EOD)
De 0 a 16 años.
Secadas, F.
Madrid. TEA. (1988)
El objetivo principal es el diagnóstico del desarrollo evolutivo; descripción y explicación de los
procesos; métodos de intervención correctores y estimuladores para activar los
comportamientos observados.
Se basa en una descripción de secuencias evolutivas. Evalúa;
Afectividad: Placentera; Ansiosa; Aversiva; Asertiva
Motricidad somática: Posturas y desplazamiento; Posición sentada; Posición erecta.
Senso-motriz: Trófica; Viso-motriz; Audio-Motriz.
Reacción motriz: Prensión y Habilidad manual
Percepto-motriz: Seguimiento y búsqueda; Mediacional; Figural.
Comunicación: Reconocimiento; Señales; Demanda; Inhibición; Mímica; Habla, etc.
Conceptualización
Normatividad: Norma y tarea; Escritura y lectura.
A partir de respuestas a los cuestionarios se realiza un Perfil Modal y un perfil de Rasgos.
El test plantea una validez diagnóstica, es decir, la capacidad de que las conductas
discriminen entre una edad y otra.
Su principal riqueza es proveer de un
“almacén” de conductas para ser
observadas y que permiten a padres
y educadores valorar el desarrollo
del niño.
Es la escala de mayor rango
evolutivo, por lo que puede hacerse
un seguimiento a más largo plazo.
Contiene aspectos emocionales y
conductuales que completan la
valoración global de un sujeto.
Fácil de administrar, pero complejo
establecer el perfil.
Escala de Evaluación
de la Psicomotricidad
en Preescolar
De 4 a 6 años.
De la Cruz, Mª. V. y
Madaira, Mª. C.
Madrid. TEA. (1990)
Evaluación de algunos aspectos de la psicomotricidad. Presenta puntuaciones para 4, 5 y 6
años de las que se obtiene un perfil psicomotor categorizado como Bueno, Normal y Bajo.
Locomoción: se evalúan desplazamientos y cambios de posición
Equilibrio: equilibrio estático y dinámico.
Coordinación: Coordinación gruesa y fina.
Esquema corporal: conocimiento del cuerpo y percepción del mismo. Lateralidad.
No se aportan datos de fiabilidad y validez
Prueba de psicomotricidad más que
una Escala de Desarrollo.
Adecuada para el ámbito educativo,
permite la comparación con la edad
y el nivel escolar.
Administración fácil. Criterios de
corrección poco definidos.
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
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Cuadro 3. Técnicas de evaluación del desarrollo psicomotor de 6 a 12 años
DATOS DE
IDENTIFICACIÓN DEL
INSTRUMENTO
FINALIDAD UTILIDAD
Perfil Psicomotor
6 - 11 años
Picq L. y Vayer, P.
Barcelona. Editorial
Científico Medica
(1977)
Evalúa la psicomotricidad desde un punto de vista evolutivo y la posibilidad de examinar los
problemas de inadaptación con la finalidad de plantear una educación psicomotriz en centros
educativos. Se obtiene un Perfil Madurativo Psicomotor.
Se compone de las siguientes escalas:
Coordinación dinámica de las manos. Coordinación dinámica general.
Equilibrio. Rapidez (manual). Organización del espacio. Estructuración espacio-temporal:
(Reproducción. Simbolización espacial. Simbolización temporal). Lateralidad: mano-ojo-pie.
Sincinesias-paratonía. Conducta respiratoria. Adaptación al ritmo.
Provisto de un sistema de puntuación cualitativo y cuantitativo que permite obtener un Perfil
Madurativo Psicomotor.
Escala que valora las dimensiones
básicas de la psicomotricidad.
Ofrece reeducación para las mismas
funciones que evalúa.
Válida para diseñar posteriormente
un trabajo de reeducación
psicomotriz.
Dificultad media de aplicación y
corrección.
Batería Psicomotora
destinada al estudio del
perfil psicomotor del
niño
(BPM)
De 4 a 12 años.
Da Fonseca, V:
1975
Barcelona. INDE
(1998)
Identifica niños que no poseen las competencias psicomotoras necesarias para el aprendizaje
y su desarrollo.
Se obtiene un tipo de perfil psicomotor denominado: Superior o Bueno (Hiperpráxico); Normal
(Eupráxico); Dispráxico; Deficitario (Apráxico)
Puede ser utilizada para estudiar la psicomotricidad atípica (psicomotricidad en deficientes
visuales, de comunicación, socio-emocionales...).
Evalúa 7 factores:
Tonicidad: Hipotonicidad/Hipertonicidad. Paratonía. Diadococinesias. Sincinesias, etc.
Equilibrio: Inmovilidad. Equilibrio estático Equilibrio dinámico
Lateralidad: Ocular. Auditiva. Manual. Pedal. Innata. Adquirida.
Noción del cuerpo: Sentido Kinestésico. Reconocimiento. Auto-imagen. Imitación, etc.
Estructuración espacio-temporal: Organización. Estructuración. Representación, etc.
Praxia global: Coordinación óculo-manual. Coordinación óculo-pedal. Dismetría
Praxia fina: Coordinación Dinámica Manual. Tamborilear. Velocidad-precisión.
Especialmente útil para conoce el
nivel de ejecución práxica y sus
relaciones con el funcionamiento
neurológico.
Detecta trastornos y retrasos
importantes en el desarrollo.
Facilidad media de aplicación y
corrección minuciosa
Carmen Maganto y Soledad Cruz Desarrollo físico y psicomotor en la primera infancia
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Protocolo de Examen
Psicomotor
Para preescolares y
escolares
Cobos, P.
Madrid. Pirámide (1995)
Evaluación cualitativa que permite identificar la calidad de ejecución psicomotora y detectar
retrasos o alteraciones.
Evalúa:
Esquema corporal: reconocimiento de elementos del cuerpo, dibujo de sí mismo, imitación de
gestos
Lateralidad: mano-ojo-pie.
Tono muscular: extensibilidad, pasividad y relajación.
Independencia motriz: Calidad de ejecución, sincinesias y paratonías.
Coordinación: Calidad de ejecución, sincinesias y paratonías.
Control respiratorio: ritmo y modo de respiración.
Equilibrio: Nivel de estabilidad.
Estructuración espacial: Conceptos básicos y reconocimiento de derecha/izquierda.
Estructuración temporal: Nociones básicas y ritmo.
No existen normas métricas
Instrumento sencillo en su
comprensión y aplicación.
Aconsejable para padres y
educadores.
Proporciona más una visión general
del desarrollo o retraso psicomotor
del niño que la posibilidad de
detectar un trastorno específico.
Batería de Evaluación
Psicomotriz
7 - 8 años
Garaigordobil, M.
Vitoria. Agruparte.
(1999)
Aplicación grupal en 8 sesiones de juego de 2 horas de duración.
Es un instrumento de evaluación del desarrollo psicomotriz que puede ser utilizado con fines
de intervención.
Aspectos evaluados:
Coordinación y control motriz: Coordinación dinámica global. Equilibrio. Respiración.
Coordinación óculo-motriz. Velocidad, rapidez de movimiento. Control del movimiento.
Reflejos. Precisión, puntería. Tonicidad.
Factores neuromotrices: Lateralidad.
Estructuración perceptiva: Percepción visual. Orientación espacial. Relaciones espaciales.
Percepción auditiva. Ritmo. Orientación temporal. Percepción táctil. Organización perceptiva.
Estructuración del esquema corporal: Esquema corporal.
Provee de un sistema de puntuación cuantitativo y cualitativo para niños de 8 años.
Escala preferentemente útil para
educadores de Centros educativos.
Es de gran interés el carácter lúdico
que plantea.
Excelente para aplicar en el diseño
curricular del aula.
Valora retrasos en edades de Primer
Ciclo de Primaria.
Aplicación y corrección con grado
medio de dificultad.
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